#PantallaPinamar2015: El mundo y los argentinos

En la rueda de prensa de hoy fue una temática recurrente el lugar que ocupamos los argentinos en el mundo, y el lugar que el resto del mundo ocupa en nuestro país. Como prueba de ello vinieron actores que trabajan en el extranjero y extranjeros que trabajan aquí.
Así Pantalla Pinamar 2015 contó con la presencia de Nahuel Pérez Biscayart, quien habló de la coproducción entre Alemania, México y España llamada Están todos muertos, en la que participó como actor.
Hizo referencia a su carrera en la escena cinematográfica mundial (ya que tiene trabajos en Argentina, Estados Unidos, Francia, España). "Ir a Europa fue un accidente como todo en mi vida, como ser actor". Dice que le resulta a veces más sencillo ponerse en la piel de su personaje cuando no es su lengua natal, porque corporalmente no cae en los vicios propios de su cotidianeidad.
Se refirió al trabajo del actor, del que está un poco cansado después de tantos años de hacerlo, ya que a veces siente que es difícil conciliar su proyecto personal con el proyecto del director con el que trabaja, y termina siendo sólo una herramienta para las ideas de otro, como una suerte de actitud "prostitucional". Pero cuando trabaja con personas como Benoit Jacquot, director de Au fond des bois (2010), quien tiene muy clara la película en su cabeza y va montándola a medida que se da el rodaje, es un placer y le permite aportar desde su rol actoral.

Otra visión es la que dieron el director y los actores de La Salada, Juan Martín Hsu, Ignacio Huang y Limbert Ticona respectivamente. Para ellos la película se trata sobre la inmigración en primer lugar, y La Salada como feria es sólo un marco familiar para la nueva inmigración que está recibiendo nuestro país. Más allá de la clandestinidad e ilegalidad que allí ocurre, Ignacio Huang reflexionaba acerca de la importancia cultural y comercial que este tipo de ferias tiene, donde ya no se puede hablar de un crisol de razas, sino de un mosaico de nacionalidades que coexisten y se adaptan a las realidades de los demás sin perder su propia identidad. La feria, entonces, funciona como una suerte de McGuffin, de señuelo que hace que los personajes avancen en la trama. Y en este sentido, el equipo hablaba de la importancia del humor negro y cómo desde siempre en nuestro país estuvo relacionado a la inmigración (partiendo del grotesco criollo). El inmigrante gana y pierde muchas cosas y en esa dualidad, en esa sensación de sentirse partido en dos, es en donde tiene raigambre el humor negro, la risa que no puede distinguirse del llanto. Para Ignacio Huang es importante la función del actor como comunicador de una realidad social: aunque en el imaginario popular la inmigración oriental esté asociada únicamente a los supermercados chinos, él empieza a ver que hay una segunda generación de esa inmigración que tiene la posibilidad de hacer otras cosas (como dirigir y actuar). Y con ello aparece la responsabilidad de, una vez superada la barrera idiomática, dar a conocer la vida interior de esta nueva inmigración.

Finalmente estuvo presente Raúl Viarruel, director cordobés del documental Saldaño, el sueño dorado. El film reconstruye la historia del único argentino condenado a muerte en Texas, EEUU, debido más a su condición social de pobreza e inmigración que a su culpabilidad en el crimen cometido. Tras veinte años de prisión en el "Corredor de la muerte", su salud mental se vio seriamente deteriorada y su familia y abogados piden que sea trasladado a una institución mental. Viarruel hace hincapié en el contrapunto y la ambigüedad que genera este personaje frío y cínico que ha sido despojado de su humanidad e invita a reflexionar acerca de las condenas sociales.

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