"El almuerzo" de Javier Torre en #PantallaPinamar2015

Por Rocío González.

La película de Javier Torre se trata de un relato que da cuenta del secuestro de Conti (Jorge Gerschman) el 5 de mayo de 1976 y del almuerzo que realizara el dictador militar Jorge Rafael Videla (Alejandro Awada), dos semanas después, con representantes de la cultura invitados, entre ellos los escritores Jorge Luis Borges (Jean-Pierre Noher)y Ernesto Sábato (Lorenzo Quinteros), Horacio Ratti (presidente de la SADE, interpretado por Roberto Carnaghi) y el Padre Castellani (Pompeyo Audivert). 

Lo interesante del film es que hubo muchas especulaciones a lo largo de los años acerca de qué se habló durante esa reunión y los asistentes fueron duramente criticados cuando llegó la democracia. Sin embargo, Borges se promulgó a favor de las Madres de Plaza de Mayo, Sábato formó parte de la CONADEP y del libro Nunca Más, y el padre Castellani murió antes de 1983. 


Torre se basó en una extensa investigación de registros audio visuales, diarios y revistas, y a partir de ello especuló sobre la postura de cada uno durante esa charla. En la conferencia de prensa afirmó que "todos fueron un poco héroes porque fueron puestos ante una alternativa dramática y cada uno pidió por algo o alguien" (Castellani fue el único que habló de la desaparición de Haroldo Conti, pero Ratti pidió por la Ley del Escritor, para que pudieran gozar de jubilación y obra social y habló de 10 escritores desaparecidos durante los tres meses que llevaba la dictadura). 

Cinematográficamente hablando, la película es extremadamente clásica: relato lineal, donde el fuerte pasa por la acción de los personajes, música clásica y planos cerrados para reforzar los momentos emotivos. Y aunque en este sentido parece un film de otra época, la excelente dirección de actores (y coach actoral, realizado por el mismísimo Pompeyo Audivert) es intachable. Todos los personajes están compuestos sin ser serviles al sujeto de carne y hueso. La única excepción es Noher, interpretando a un Borges ciego y sin filtro verbal. Sin desmerecer el trabajo de caracterización y composición que realiza Jean-Pierre Noher, quien aporta el toque de humor que relaja al espectador de la atmósfera opresiva del film, es el más caricaturesco de los personajes en la imitación al personaje real.

Si bien se agradece la importancia que cobra Haroldi Conti en la historia, se diluye un poco el tema central del film que es el almuerzo con Videla. Sin dudas, la importancia de esta película radica en el tema tratado, y no en la forma en que se lo trata.

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