Guionada, dirigida y actuada por Shawn Christensen, este film es una joyita del cine indie americano. Richie está intentando suicidarse cuando su hermana, con la que no se habla hace años, le pide que cuide a su sobrina por una noche mientras ella soluciona unos problemas (que resultan ser con la ley). Con las venas a medio cortar y unas veinte pastillas encima (que luego resultan ser para la menopausia), Richie recorre los bajos fondos de Nueva York, de la mano de su sobrina.
Christensen logra plasmar en su primer largometraje todo lo que su generación quiere ver reflejado en la pantalla: humor negro, bizarro, crudísimo; temas profundos como el amor, la muerte, las relaciones familiares, las drogas pero sin solemnidad ni juzgando a sus personajes; imágenes compuestas con gran belleza y sensibilidad, pero con frescura y sin acartonamientos; música genial de todos los tiempos.
El Festival de Mar del Plata antes era un lugar donde este tipo de films eran más frecuentes: historias mínimas que hablan de temas universales, que construyen desde lo audiovisual con gran inteligencia sin dormir a la audiencia...lamentablemente cada vez es más difícil encontrar estas pequeñas grandes películas en el MDQFEST. Pero cuando aparecen, son una caricia al alma cinéfila.
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