El próximo jueves 20 de marzo se estrena en Buenos Aires el film Motín en Sierra Chica, película dirigida por Jaime Lozano acerca del violento suceso ocurrido en el penal.
Hace 15 años en Sierra Chica, ubicada a 12 kilómetros de Olavarría y a 350 kilómetros al sudoeste de Buenos Aires, un grupo de presos conocidos como los Doce Apóstoles protagonizó una violenta revuelta en la que hubo muerte y canibalismo. La banda liderada por Marcelo Brandán Juárez y Jorge Pedraza encabezaba una rebelión de 1500 presos. Recibieron el nombre de los Doce Apóstoles por llevar a cabo la revuelta durante Semana Santa. Diecisiete rehenes, entre ellos una jueza y su ayudante, siete reclusos muertos, cuerpos descuartizados e incinerados, canibalismo y caos son la síntesis de un motín que mantuvo en vilo a las fuerzas penitenciarias y políticas y cuyos rastros se sienten aún en el penal.
La población estimada de 5000 habitantes y 3000 presos distribuidos en tres Unidades: N° 2, N° 38 (régimen semiabierto) y N° 27 (régimen semiabierto y abierto). El penal 2, de máxima seguridad, fue construido en 1882 en forma de panóptico compuesto por 12 pabellones, con capacidad para 140 presos cada uno, y otros cuatro de hasta 60 internos.
Mientras transcurría el motín toda la información se basaba en versiones, algunas macabras, que años después se fueron comprobando. "¿Si existieron las empanadas de carne humana? Más vale, yo las comí", cuenta Iturralde en su casa, a unas ocho cuadras de la Unidad donde todavía trabaja. "Un interno estaba repartiendo empanadas y me dejó dos. Al rato me preguntó si estaba buena y me dijo: 'Te comiste un rocho'. Abrí la empanada y había carne que parecía baba. ¡Y qué le iba a hacer si ya me la había comido! Estaban hechos unas fieras. Era inhumano, inexplicable".
El director Jaime Lozano: “Había leído bastante en la prensa del histórico motín que se sucedió en el penal de Sierra Chica y como suele pasar charlando del tema con amigos entre café y café alguien dice “Esa es una película que se están perdiendo”. Esa idea creció día a día hasta que comencé a buscar información con la idea de hacer un guion que pudiera ficcionar aquel cruento motín de 1996, sin el sensacionalismo que llegó a tener en la prensa.
Ya durante el rodaje fue curioso como realmente se fueron aportando datos documentales, recuerdo que cuando nos encontrábamos en Olavarría filmando exteriores frente al penal situamos un grupo de extras que representaban los familiares de los internos, luego tenía a un grupo de guardia-cárceles del otro lado que debían contenerlos. Le doy algunas indicaciones a un hombre mayor que se me acerca y me dice que no era así como había sucedido, que él había participado en aquel entonces y que las familias se encontraban más lejos aún. Esta situación se repitió varias veces en distintas escenas.
El film está filmado en el lugar real de los hechos y era llamativo como aún está presente aquel motín en cada uno de los hombres de seguridad, tanto como en los civiles. Filmar dentro de la cárcel permitió que todo el equipo estuviera imbuido de ese clima, clima que queríamos reflejar en la película. Cierto día nos encontrábamos aguardando al equipo técnico en la entrada a pabellones de calabozos, de pronto comenzó a sonar estridentemente una sirena y al unísono el personal del penal toma las armas y comienza a ingresar a los patios cuando aparecen tres hombres del grupo CEO con los Rottweiler corriendo, todo en medio del griterío de los reclusos en los calabozos que era infernal. Nos quedamos pegados a la pared inmóviles hasta que todo se calmó. Ese día vivimos bien de cerca la realidad de un penal.
FICHA TÉCNICA
Guión y dirección Jaime L. Lozano. Productor Ejecutivo Jorge Valencia. Dirección de Fotografía Carlos Torlaschi. Dirección de Arte María Lucía Onofri. Vestuario Carolina Cichetto. Música Original Alberto Quercia Lagos
Edición Jorge V. Valencia
Director de Producción Enrique Muzio
Postproducción imagen y sonido Clips Producciones
Argentina, 2013, 35 mm, color
Duración: 90 minutos
Distribuye: 3c Films Group
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