La carrera de Nagisa Oshima como director comienza en 1959. Sin embargo su punto máximo como realizador lo logró en 1976 con El imperio de los sentidos (Ai no korida; 愛のコリーダ), una película sobre un caso de obsesión sexual fatal basada en una historia real, contextualizada en el Japón de los años 1930. La historia de Sada (Eiko Matsuda) y Kichizo (Tatsuya Fuji) se transforma con el comportamiento obsesivo hasta llegar a confundir el placer con el dolor. Oshima incluye en su filme escenas pornográficas fuertes, por lo que la película tuvo que ser terminada en Francia, para así poder crear un versión sin censura, que aún se encuentra inaccesible en Japón.
El imperio de la pasión (Ai no borei; 愛の亡霊), configura el otro lanzamiento del sello Emerald. Fue estrenado en 1978 y narra la historia de Seki (Kazuko Yoshiyuki) y Toyoji (Tatsuya Fuji) dos amantes que, desesperados por dedicarse sólo el uno para el otro, deciden asesinar al esposo de la joven mujer y arrojarlo a un viejo pozo escondido en los bosques que rodean al pueblo. El realizador hizo un acercamiento más delicado al erotismo que en su anterior película, al representar la pasión sexual desde la óptica homicida. Por esta película obtuvo el premio del Festival Internacional de Cine de Cannes en 1978 como mejor director.
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