"Eva" de Kike Maíllo en Pantalla Pinamar

Por Rocío Mariel González

Eva es la ópera prima para todo el equipo técnico que la realizó. Esta particularidad (especialmente por la gran calidad del producto), fue posible gracias a Escándalo Films, la productora externa de la ESCAC (Escuela Superior de Cine y Audiovisual de Catalunya), de donde han salido figuras de la talla de J.A. Bayona, y el mismo Maíllo.  No es menor que ya haya recibido Premios Goya y una mención en el Festival de Venecia. 

La historia está ambientada en un retro-futuro, en el que los robots conviven con los humanos. Pero es Alex quien mejor comprende el aspecto de la inteligencia emocional de estos productos cibernéticos. Es por ello que se le encarga que termine con un proyecto comenzado y abandonado hace diez años: la creación de un niño robot. El regreso a su ciudad natal, supondrá enfrentarse al pasado por el que dejó la tarea inconclusa, y que implica un triángulo amoroso entre él, su hermano David y Lara, ahora casados. La hija de ambos, Eva, llama inmediatamente la atención de Alex, y pretende usarla como modelo para este niño robot por lo impredecible de su comportamiento. 

El film es realmente impecable en cuanto al guión, pero también en lo que hace a la dirección de arte. La idea de un retrofuturismo corre paralelo al propósito de un film de ciencia ficción en el que lo tecnológico sólo sirve para develar problemas profundamente humanos.  En este sentido, el trabajo de los actores es también un gran logro: Lluís Homar compone un ayudante cibernético sin caer en ningún momento en el ridículo.   

Una producción de una factura técnica y actoral impecables que aborda la gran cuestión detrás del mito de la vida artificial: ¿se puede crear vida, jugar a ser Dios, sin tener en cuenta la voluntad propia de la creación?

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