El título completo de este film es L'Apollonide, souvenirs de la maison close, aunque en inglés la llamaron House of Tolerance y en castellano, Recuerdos del burdel, un poco más fiel al espíritu del original. Bonello, quien dice estar interesado particularmente por los mundos cerrados, elige este famoso burdel de la Francia de fines del siglo XIX para analizar, con gran maestría, el cambio de siglo.
La prostitución, dicen, es el oficio más antiguo del mundo. ¿Cómo aproximarse, entonces, a un retrato de estas mujeres en un momento donde el mundo cambia de paradigma? Bonello lo hace desde el arte. Su cámara nos muestra desde la ficción, pero con un afán documentalista, un posible recorrido sobre la belle epoque. Allí están presentes todas las artes que le salen al encuentro: la literatura de Baudelaire en su modo de observación y descripción, la pintura de Renoir en su iluminación, la música que usa para sus escenas - que va desde La bohème de Puccini de 1896 hasta el funk de los '70-, la arquitectura palaciega cruzada con un ambiente decadente...y el cine.
Fundamentalmente el séptimo arte, producto indiscutible de su época, del cambio en la mirada, a la vez reflejo y problematización del tiempo y los espacios, que aparece presente en esa pantalla dividida donde vemos situaciones simultáneas; que aparece en el guiño al film mudo El hombre que ríe (1928, Paul Leni) con su contraparte femenina, Madelaine, alias la Judía, alias la Mujer que ríe; que aparece en el guiño a Une partie de campagne (1936, Jean Renoir) con ese único momento en que es de día y ; que se hace presente con las repeticiones de imágenes y situaciones y ese salto temporal final al presente, donde el espacio cerrado de los burdeles desaparece y sólo queda la calle.
Hay un doble juego que nos muestra Bertrand Bonello y es el de las apariencias y el de la realidad: el burdel como un espacio de puesta en escena, de fantasía, de glamour, pero tras bambalinas como una prisión donde las mujeres dejan su juventud, su belleza y hasta su vida, siempre ocultando su tristeza tras la máscara de la felicidad.
L'Apollonide es una obra con una gran belleza visual y una reflexión nostálgica sobre aquello que se tranformó para siempre y de manera indiscutible en el cambio de siglo y lo que queda cuando cae la máscara.
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