Por Emiliano Basile
Marilyn Monroe es un mito del cine clásico norteamericano. Un icono cultural, cuya imagen quedó grabada aún en quienes no vieron sus filmes. Parte de la cristalización de su figura, fue lograda en escenas memorables de películas que supieron resaltar lo mejor de ella.
Marilyn Monroe es un mito del cine clásico norteamericano. Un icono cultural, cuya imagen quedó grabada aún en quienes no vieron sus filmes. Parte de la cristalización de su figura, fue lograda en escenas memorables de películas que supieron resaltar lo mejor de ella.Tal es el caso de La comezón del séptimo año (The Seven Year Itch, 1955) también conocida en España bajo el título La tentación vive arriba, inmortalizando la escena del vestido rojo de Marilyn flameando al viento en mitad de la avenida. La película fue dirigida por Billy Wilder, quién volvería a dirigir a la bella Marilyn en Una Eva y dos Adanes (Some Like It Hot, 1959), uno de los directores más solventes del cine clásico hollywoodense.
El sello Emerald edita en edición de lujo una presentación doble de Marilyn Monroe. Incluye la mencionada La comezón del séptimo año y El príncipe y la corista (The Prince and the Showgirl, 1957) en la que comparte cartel con el gran Laurence Olivier.
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