Por Rocío Mariel González
A raíz de la obra que se está presentando los domingos a las 18 hs. en Elkafka Espacio Teatral, pudimos conversar con el director del Grupo Elemental, Miguel Rausch, acerca de su espectáculo "Girondo", basado en los poemas del concocido autor.
¿Cómo surge la idea de "Girondo"?
"Girondo" tiene una prehistoria. Este es el segundo espectáculo de ELEMENTAL. El anterior, "Intro", giraba básicamente alrededor de una serie de versiones que yo había hecho sobre algunos Standards de Jazz que me gustaban mucho, y quería reversionar. Como había tanto inglés, me puse a buscar canciones o poemas en otros idiomas, donde lo ininteligible sea el hilo conductor. Había canciones en Quechua, Idish, Japonés, Esperanto, Latín y por supuesto, Inglés y Español. Se necesitaba una audiencea de eruditos para entender todo lo que sucedía, a nivel literario. La génesis de "Girondo", entonces, surge de la necesidad de hacer un espectáculo íntegramente en español. La poesía de Oliverio Girondo me dio el marco perfecto para integrar mis dos deseos: literatura en español, y que siga la incapacidad de entender qué es lo que se dice.
"Girondo" prioriza lo que aportan los sentidos antes que el intelecto. ¿Desde la parte creativa, también es así o primero se trabaja el texto y de allí la música y el espacio?
Como seres humanos que somos, tenemos la incapacidad de poner a dormir el intelecto y entregarnos enteramente a los sentidos. Nuestra mente TIENE que armar sentido de lo que percibe. Mi propuesta consiste en bombardear de estímulos sonoros y visuales al espectador, y forzarlo a que su mente ARME el sentido que más se adecúe a su historia (que es justamente lo que hace la mente). El proceso creativo de "Girondo" responde absolutamente a esa premisa. No tengo historias que contar, pero sí emociones que provocar. En lo que a música respecta, los poemas siempre reclamaron su música. Si bien no puedo probarlo, considero que Oliverio Girondo era un compositor que escondió su música en la cadencia de sus palabras. Mi trabajo consistió en intuirla y desenterrarla. Los movimientos y el espacio fueron surgiendo de forma desordenada, pero ruidosa. No procuran narrar, sino justificar su existencia.
¿Por qué el uso de instrumentos no convencionales?
Básicamente, para romper con la noción de que el músico depende de su instrumento. Desde esta óptica, la gente que trabaja con su voz y los percusionistas, tenemos la ventaja de ser nosotros mismos nuestros propios instrumentos, y de esta manera, nuestra paleta tímbrica incluye a todos los elementos que nos rodean que puedan producir sonidos al ser interpretados (golpeados, raspados, soplados, etc.). O sea, crear la conciencia de que la música existe más allá de los instrumentos.
¿Cómo se llega a esa síntesis entro lo contemporáneo y cierta atmósfera tribal o primitiva del espectáculo?
Se describe el círculo completo: bagaje cultural contemporáneo mezclado con lo que tuvieron que haber sido las primeras manifestaciones musicales: gente alrededor de un fuego (luz, en "Girondo", y en general en el trabajo de ELEMENTAL, la luz es fundamental) cantando, bailando y percutiendo lo que tenían a mano.
¿Qué buscan que el espectador se lleve de la experiencia de "Girondo"?
Desde lo racional, la certeza de que se puede hacer mucho con nada. Desde lo sensorial, el impacto de haber sido parte de un ritual en el que gente común hace cosas extraordinarias.
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