Reseña: "Te pedí que no me dejaras" de Ezequiel Obregón

Por Rocío Mariel González.


La obra escrita y dirigida por Ezequiel Obregón plantea un juego de dualidades, que al mejor estilo del teatro barroco, forman espejos deformados. A veces nos devuelven una imagen distorsionada, a veces un fantasma. 

La muerte de un joven lleva a su hermana, Iris, a visitar la casa donde pasó sus últimos días de vida. Allí se encuentra con Magdalena y Mateo, dos hermanos que habitan una humilde casita en una ciudad costera. Primer juego de dobles: dos pares de hermanos con una conflictiva relación. 
Desde el comienzo cada personaje construye al personaje ausente desde su recuerdo. Los relatos, que por momentos apelan al grotesco, oscilan entre lo cotidiano y el extrañamiento. En el centro de esta telaraña de versiones hay un vacío: el que dejó este hombre al morir, el de la soledad propia y ajena. Algunos elementos de la puesta en escena parecen pistas para llenar esa vacuidad, pero nunca son mostrados completamente (los párrafos de la Biblia en la que los Ledesma se inspiraban para hacer sus obras teatrales, los dibujos de Mateo que se caen, se arrugan). 
Segundo juego de dualidades: el hermano de Iris, ausente físicamente, y Mateo, ausente mentalmente, quien a su vez, tiene un doble en un muñeco de trapo que cuelga siempre de su mano. Ambos son los hombres que guardan el secreto de aquella noche fatídica. 
Tercer juego de espejos: la obra de teatro habla de unos artistas callejeros, que al mejor estilo juglares medievales, presentan episodios de la Biblia. El teatro como una forma de comunicación, como un escape a la soledad, como una necesidad espiritual cuando todas las demás necesidades (tangibles e intangibles) están ausentes. Último juego de dobles: la violencia simbólica de la marginalidad tiene su correlato en la violencia física y verbal de la escena.
"Te pedí que no me dejaras", además de un texto y dirección sólidos, cuenta con unas actuaciones excelentes. Tanto Cecilia Lohrmann como Daniela Salerno pueden cambiar de registro sin ninguna dificulad: de lo dramático con ribetes trágicos a lo cómico grotesco. Una obra inteligente, construida como un policial, donde la información otorgada al espectador es la justa para mantener la tensión durante toda la velada. 

Viernes 20:45 puntual
Teatro Vera Vera (Vera 108)
Localidades: $60 y $50.-


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