Gabriel Spiller, Maia Mónaco, Alejandro Oliva y Mariana Pereiro. |
Por Emiliano Basile
Sonidos de pájaros silvestres invaden la escena en la oscuridad del lugar, ¿Estamos en medio de la selva amazónica? No, el espacio de encuentro es Café Vinilo, la cita, la presentación del “impresentable”, según palabras de Alejandro Oliva, disco Visiones, de la banda de improvisación El Diablo en la Boca.
Si algo caracteriza a la banda, además de sus habituales improvisaciones, es la facultad de hacer viajar con la mente al espectador, a partir de los sonidos. Es que los sonidos invocan lugares, estilos, situaciones, distintas visiones (nombre del primer disco) generando representaciones extraordinarias.
Lo espontáneo se conjuga con la forma que adquiere el espectáculo, promoviendo la sorpresa constante. “Es un disco impresentable, las distintas grabaciones de shows que fueron registradas en el material no pueden volver a ejecutarse, sólo sucedieron esa vez”, comenta Oliva, percusionista y director de orquesta de El Diablo en la Boca.
Comentarios
Publicar un comentario