Por Emiliano Basile
En el filme de Lorena Muñóz la figura de los artistas es trabajada desde la ausencia. La realizadora retrata la falta de interés de los distintos gobiernos en crear un plan de preservación del patrimonio nacional. Muñoz realiza esta lectura crítica a partir de una obra en particular, el mural “Ejercicio Plástico”, que el artista mexicano David Siqueiros (1896-1974) pinta en el sótano de la quinta de Natalio Botana, un excéntrico millonario argentino. David Siqueiros es el artista cuyo mito se conserva intacto a través de su obra.
Los próximos pasados es la historia de un mural. De su gestación maravillosa (en ella se encuentran ciertos elementos míticos) y de su mala preservación con el paso del tiempo, que parece condenar la obra indefectiblemente a su destrucción. La acción divina de su realización, a cargo de Siqueiros, casi producto del orden de lo sobrenatural, es maltratada y empujada a la destrucción por la mano del hombre.
La película, al igual que su antecesora, el documental Yo no sé qué me han hecho tus ojos (2003), adquiere la estructura de un policial: se busca saber qué pasó con el mural, como si se buscaran las pistas de un cadáver. Y es que la realizadora concibe el abandono y la no preservación del mural como un asesinato. En estas dimensiones describe y reconstruye los hechos. El armado de los sucesos es planteado en función de establecer una recuperación de la memoria y, con ella, la definitiva valoración del patrimonio nacional.
En el filme, la obra maestra de Siqueiros –así es concebida- es mostrada al espectador recién a los cuarenta minutos de proyección. Es virtud de la directora generar un suspenso en base a la génesis y descubriendo del mural. La narración va desenvolviendo capa a capa como si se tratase de un juego de cajas chinas, un rompecabezas, hasta llegar a “armar” la obra. Son las formas de la memoria, la elaboración de la leyenda. De este modo, Lorena Muñoz construye los recuerdos colectivos acerca del hecho.
En cuanto a la figura mitológica del artista, la película utiliza la leyenda fantástica para describir a Siqueiros. Tan solo con sus ideales, su compromiso social y, definitivamente, con el mural, es suficiente para enaltecer su figura. Siqueiros es un genio maltratado por la falta de políticas culturales en Argentina. La leyenda construida en base a él lo afirma, la génesis del mural lo justifica y el recuerdo de quienes lo rememoran lo termina de confirmar: su acción queda arraigada al pasado con compromiso, con ideales, con perspectiva de futuro. La gestación de su obra simboliza su trabajo transformador de la realidad, su hazaña inigualable. Lorena Muñoz no hace gala de estos elementos que mitologizan la figura del artista pero tampoco los niega, de hecho los utiliza en función de lo que quiere contar con su película.
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