Funciones: Sábados 22:30 hs.
Sala Raúl Gonzalez Tuñón,
Centro Cultural de la
Cooperación Floreal Gorini (Av. Corrientes 1543, CABA.)
Por Rocío Mariel González
La obra de Manuel Santos Iñurrieta y su compañía Los Internacionales parte de una idea muy sencilla: abordar la vigencia del pensamiento de Carlos Marx en la Buenos Aires actual. Con esto, está casi todo dicho: es teatro político posmoderno. Es la búsqueda poética de una idea que modifique, provoque, impulse un cambio en esta ciudad tan cosmopolita y tan conservadora a la vez. El juego propuesto es que Marx dialoga con un grupo de “rollingas” en una esquina porteña, y a través de este intercambio cada uno aprende algo: los jóvenes serán los nuevos revolucionarios que llenen las plazas con una nueva conciencia de clase, Marx pensará sobre las nuevas tecnologías como métodos perfeccionados de sujeción al capitalismo, siempre atrayentes, siempre panópticos. Lo hace desde el humor, y desde un oficio teatral que exuda por los poros.
En tanto teatro político, las raíces de Santos Iñurrieta provienen del clown brechtiano: hay que hacer teatro para despertar la conciencia de clases, y para eso necesitamos que el espectador piense. No puede quedarse tan atrapado en la ficción que se anule su capacidad de relacionar el espectáculo con la realidad que habita, y por eso el distanciamiento es fundamental. Interrupciones, apartes, actor entrando y saliendo de su personaje, interpelación constante al público. No hay espacio para el adormecimiento ni la complacencia. Quien se pone a jugar este juego que se propone, tiene que saber que la obra es una cachetada: es intensa, es vertiginosa, es irónica, requiere atención a las referencias teatrales, literarias, musicales, sociales, políticas. Quien quiera una obra para evadirse de la realidad, busque por otros lares.
Santos Iñurrieta logra casi lo imposible: partiendo de si mismo, hablar de lo universal. Uno de los ejes claves de la obra para lograrlo es la reflexión acerca de las paternidades, aquellas personas que nos dan a luz, tanto literalmente (los padres biológicos) como metafóricamente (los padres del pensamiento crítico). Aparecen allí, entonces, algunas participaciones claves: Raúl Serrano (pedagogo argentino que indagó sobre el método de las acciones psicofísicas stanislavskianas), Atilio Borón (politólogo y sociólogo marxista), el actor/clown Claudio Gallardou. Otras paternidades son Bertold Brecht, los Rolling Stones, Dios.
Hay un equilibrio muy logrado entre la palabra (es un unipersonal) y lo escénico. Una tela transparente separa al espectador del actor, y en ella se proyectan videos, frases. Metáfora interesante acerca de la dialéctica: una tela transparente, une y separa, dos caras de una misma moneda. Es ese pensamiento dialéctico el que atraviesa como un hilo invisible todo el espectáculo, proponiendo un espectador que no sólo especte, sino que gracias a esa vivencia teatral, luego accione.
Tan sólo eso propone Eléctrico Carlos Marx, que cambiemos el mundo desde la poesía.
Texto y actuación: Manuel Santos iñurrieta. Asistencia Técnica: Marina García-Diego Maroevic. Diseño Gráfico y Audiovisual: María Eugenia Summa. Escenografía: Diego Maroevic. Utitería: Alejandra y María Alonso. Música: Pablo D Caro. Producción: Marina García y
Los internacionales Teatro Ensamble. Fotografía: Agustina Haurigot.
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