La última vez que una amiga viajó a Europa estuvo casi diez días en Roma, era la primera vez que iba, y las frases que más me quedaron grabadas de su viaje fueron: “es una ciudad que enamora” y “cuanto más te perdés, más te encontrás”. Cuando estaba en la sala viendo el pre-estreno de A Roma con amor de Woody Allen, volví a recordarlas.
El magnífico Woody vuelve a sorprendernos con un filme de pura cepa. En un retorno maravilloso a la comedia, y con figuras de la talla de Roberto Benigni, Judy Davis, Alec Baldwin y Penélope Cruz entre otros, esta historia nos sorprende con historias atravesadas por el amor. Varias formas de amor: el amor propio, el amor de pareja, el amor de padres e hijos, el amor entre amantes...
También es una historia que habla de las ilusiones, las más viscerales, las que están asociadas a las fantasías y los anhelos. Los personajes, algunos romanos y otros americanos, se cruzan en una ciudad donde parece que todo puede ser posible. Característico de Woody Allen hay un coqueteo con la fama, la celebridad, que se hace presente en la vida de varios personajes. Es un flirteo pendular, por un lado representa una condena, por otro la gloria.
A Roma con amor entra por los poros: música de ópera, risa e ingenio, paisajes de una ciudad maravillosa y diálogos estridentes.
Comentarios
Publicar un comentario