Viernes 23.30 hs
Belisario - Av. Corrientes 1624
Entrada: $40.-
Intérpretes: Nacho Vavassori y Gabriel Molinelli
Autor y Director: Alfredo Allende
Por Rocío Mariel González
Escenario vacío. Un círculo mágico hecho de piedra. Es de noche. Ingresa un hombre caminando sobre dos tacos de madera,los koturnos. Y entonces nos enteramos: esto es Atenas, año 420 AC, máximo esplendor clásico. Es la noche previa al gran festival teatral (¿las dionisíacas quizás? Sin duda el vino no para de circular). E Hipófisis y Peroné ensayan la última obra de Sófocles, ya viejo y no muy creativo. El texto es malo y los actores todavía no lo estudiaron. Para colmo, la competencia es Eurípides, la cara visible de la renovación teatral (tres actores en lugar de dos, nuevas tecnologías en escena) y cuenta con el favor del jurado.
Con este recurso metalinguístico del teatro dentro del teato, Allende nos permite distanciarnos (con mucho humor y genialidad) de la lectura primera dada por el contexto, y pensar el teatro hoy. Aparentemente para los griegos, creadores de esta forma de arte, al igual que para nuestros contemporáneos, la cuestión de la renovación teatral y del público son temas candentes.
La química entre Vavassori y Molinelli es impresionante, y la relación que establecen con los espectadores habla de que conocen muy bien sus oficios de actores. Fueron los griegos se recuesta sobre la parodia. En este sentido, conocer el texto primero al que parodian (la tragedia)duplica la risa y la complicidad con el público. Sin embargo no es un humor elitista: los gags acerca de la pronunciación de las palabras y la promiscuidad dentro del mundillo teatral hacen reir a cualquier audiencia.
Una obra plagada de humor inteligente, que aprovecha los recursos que tiene al máximo: las actuaciones de dos grandes de la escena nacional como Vavassori y Molinelli y la dirección de Allende, cuyos maestros fueron Raúl Serrano, Augusto Fernandes, Mauricio Kartun, Rubén Szchumacher...y por supuesto, los griegos.
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