Obra: "El Danzón" de Los Amados

Sala Siranush
(Armenia 1353, Palermo)

Por Lucía Roitbarg

Este nuevo espectáculo del grupo Los Amados "El Danzón" tiene al público como protagonista. Y no solamente en los momentos en que el Chino Amado consulta a algunos de los espectadores sobre su vida amorosa. En esta oportunidad el show se traslada a la pista de baile para que el público goce al ritmo de la salsa, el merengue, y otros ritmos más.

Lógicamente que el lugar elegido está pensado y ambientado para que "El Danzón" sea el verdadero protagonista: un gran salón lleno de mesas y con un amplio espacio en el centro. Previo al show, la gente se acomoda en las diferentes mesas para beber o para cenar. Un rato después se abre el telón y la fiesta comienza.

Hacen su aparición el Chino Amado (Alejandro Viola), cantante y animador, y su coequiper Tito (Lisandro Frías), encargado del contrabajo y de mantener los más hilarantes diálogos con El chino. La entrada del resto de la banda no se hace esperar y la música comienza a sonar. Cada tema es acompañado por las histriónicas miradas y los graciosos movimientos del Chino, quien antes de cada tema arma una breve presentación aludiendo exageradamente a los sentimientos apasionados que despierta el amor.

La palabra clave, anticipa al público el Chino al comenzar el espectáculo, es pista de baile; dando a entender que con dichas palabras se invita al público a bailar. Cuando esto sucede, todo el ambiente se transforma en un lugar de los años ´50, con la banda en vivo y la gente bailando y festejando. Y cuando la banda toma un receso, la música continúa y, entre los ritmos disco y los temas lentos, la gente sale más contagiada de amor que nunca, cumpliendo así con la misión de Los Amados, abanderados del amor.

Con esta novedosa y alegre propuesta, el show de Los Amados se transforma. Las partes del espectáculo dialogadas (aunque en este show repetidas del anterior), donde se interpela al público y donde Tito y El Chino consiguen ese particular humor aparecen aquí reducidas. Esto resulta una pena porque ambos se lucen y contagian al público con sus ingeniosas bromas. Pero claro que la ganancia es para todas aquellas personas ávidas de baile y en general para todos los espectadores que buscan pasar unas horas compartiendo buena música y buen humor.

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