Obra: "Macbeth" de Laura Silva

Miércoles a las 21.30
En El Cubo, Zelaya 3053.
Entrada $50 y $70.-


De William Shakespeare, con dramaturgia y dirección general de Laura Silva; interpretada por Gustavo Pardi, Laura Silva, Ivania Cox, Mariela Rojzman, Rosita Micale, Hernán Vázquez, Rubén Corbalan, Martin Dodera, Carolina Ison y Matías Montoya.


Por Rocío Mariel González

La obra de Silva está plagada de signos escénicos: el uso del multimedia, un trapecio, una tela, el juego de una iluminación muy focalizada, la música original de manera permanente, cambios continuos de vestuario para Lady Macbeth...pero a veces tanto bombardeo de información visual y sonora, provoca que el espectador no pueda relacionarse emocionalmente con la obra: está saturado de una cantidad de signos que debe digerir de manera vertiginosa y que, al no tener una relación simbiótica con el aspecto dramático, le quitan centralidad al mismo.

Es cierto que todos los elementos que se introducen son contemporáneos: la idea de las brujas como vampirezas, el sexo como mercancía, el reemplazo de espadas por revólveres...sin embargo, todo este trabajo desde lo audiovisual se percibe como fraccionado (cada vez que termina una escena hay un apagón, y esto sucede cada dos minutos). La obra de Shakespeare fue sintetizada en sus momentos claves, es decir que nada esencial en cuanto a argumento se pierde, pero sí en cuanto al relato, a la construcción del verosímil.

Lady Macbeth se convierte prácticamente en el centro de la escena (es el único personaje que cambia de vestuario cada vez que se lo muestra)y en menos de cincuenta minutos se trata de que el espectador se identifique con el arco emocional que pasa de incitar al asesinato a cometer suicidio.

Sin duda es una apuesta posmoderna sobre un texto clásico. Sin embargo, creo que en ese proceso de actualización, se privilegió la peor tendencia de la posmodernidad: una estética despojada de su razón de ser, donde los signos coexisten pero no se interrelacionan.

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