Obra: "El rey se muere" de Lía Jelín

Teatro: Centro Cultural de la Cooperación 
Av. Corrientes 1543
Funciones: Viernes y Sábados, 20 hs.

Autor: Eugene Ionesco
Adaptación: Jorge Schussheim - Lía Jelín
Intérpretes: Omar Calicchio (rey Berenguer),Valeria Lorca (Margarita), Heidi Steinhardt (María), Gabriel Rovito (Médico), Matías Strafe (Alabardero), Agustina Cerviño (Julieta)



Por Rocío Mariel González

Existen dos factores a considerar cuando uno va a ver una obra: quién es el autor y dónde se estrena. En este caso, la respuesta es Eugene Ionesco, uno de los máximos exponentes del Teatro del Absurdo, y la sala es el Centro Cultural de la Cooperación. Teniendo eso en mente, sabemos a priori que es teatro político.

El Absurdo desde sus comienzos fue pensado como una forma teatral crítica, tanto de la realidad como del propio medio artístico. A través de él reflexionamos acerca de lo rídiculo de ciertas normas sociales y teatrales. Y esta pieza de Ionesco no es la excepción. La adaptación de Schussheim y Jelín posee la gran inteligencia de traer al presente los problemas trabajados por Ionesco. Así, la cuestión del poder, siempre central, se ve actualizada.

En "El rey se muere" todos perdemos: el rey, aunque poco eficiente, parece ser mejor opción que dejarle el poder a un médico-brujo-astrólogo y a su amante, la reina sadomasoquista Margarita. Ambos son una suerte de vampiros, que debilitan al rey, ya agobiado por el amor de María, una reina débil y ciega a los problemas, tanto públicos como privados.

Como en muchas de las obras de la estética absurdista, el Tiempo es fundamental: no es cronológico, sino vivencial. Es el que nos da conciencia acerca de la finitud del hombre, incluso de aquellos que se creen inmortales. Ya desde Heiddegger no podemos dejar de pensar al Hombre como un ser-para-la-muere, conocimiento que define todas las acciones.

Por eso es genial cómo se expone el problema fundante de la obra: el rey morirá en una hora, al finalizar el espectáculo. En ese mismo gesto, se trabaja la noción de prolepsis en el teatro (el final no es importante, sabemos desde el título que el rey morirá), y nos centra rápidamente en la cuestión de qué hacer con el tiempo que nos toca, qué decisiones se toman, si se privilegia el bien común o el deseo personal.

La obra de Jelín cuenta con la ventaja, como si fuera poco, de actuaciones excepcionales y la música en vivo de Octavia Bevilacqua. Absolutamente cada gesto que hacen los actores manifiesta una faceta de su personaje.

De esta manera, en "El rey se muere" confluyen con una actualidad pavorosa el absurdo y la política, o mejor dicho, el absurdo que reina en lo político.

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