BAFICI: "Un mundo misterioso" de Rodrigo Moreno

Por Rocío González

El director de El custodio, Rodrigo Moreno, realiza con Un mundo misterioso su segundo film. A diferencia de su ópera prima, en donde el personaje iba acumulando tensiones hasta que llega al punto de ebullición, aquí se concentra en retratar la vida de Boris (Esteban Bigliardi) durante el "tiempo" que se toma con Ana, su pareja (Cecilia Rainero).

Siguiendo la línea de un cine abúlico, cargado de tiempos muertos, personajes herméticos, pocos diálogos y mucho vagabundeo, Moreno elige centrarse en un personaje que pertenece al sector social intelectual no trabajador. Sus conflictos pasan por cuestiones existencialistas que carecen de fundamento y parecen ser consecuencia de un hastío y tedio generalizados.

Opuesta a esta juventud aburrida de tanto margen de libertad y pocas responsabilidades (reuniones de toda la noche en casa de amigos de amigos, escapadas de fin de semana sin planificación a Uruguay, compra de vehículos rusos)se retrata a la clase trabajadora - el mecánico, el conserje del hotel- que, si bien son personajes solitarios, tienen un oficio que organiza sus existencias.

La primer escena es quizá la más lograda: un plano secuencia que abre el film en donde se entrevé que Ana y Boris acaban de hacer el amor, Boris se pone a leer el diario y Ana le dice que tienen que tomarse un tiempo porque nada interesante o inesperado les sucede ya. Dejan el plano y la cámara muestra la cama vacía con las sábanas revueltas. Frente a la fluidez del plano, se presenta la ruptura que organiza el relato. Así termina el film, con ellos en la misma cama y un plano detalle del tocadiscos que pasa a Gardel cantando en francés.

Un film que no apunta a contar una historia, sino un permanente suceder de acciones.

Comentarios