Mitologías: La savia del algarrobo - Don Sixto Palavecino

Por Emiliano Basile

La construcción que hace el realizador Daniel Rojas del cantante y violinista Don Sixto Palavecino, radica en la figura del artista como representante de una zona geográfica específica de la Argentina, el noroeste. 

El director construye el mito de Don Sixto al poner el énfasis no en su trabajo sino en su legado cultural. Comenta Daniel Rojas “leí una nota a Don Sixto en una revista y había un pensamiento del cantautor. Decía que para transmitir cultura era mejor la música que los libros, porque la radio llegaba a todos los ranchos, en cambio los libros no”.

Por otro lado aparece la mención de su música como parte de un don extraordinario: su inquietud se desarrolla desde una edad muy temprana (a los diez años) y frente a la oposición de su madre de comprarle instrumentos, comienza a crear el violín con sus propias manos. Sin formación académica, el artista autodidacta, que recorre su propio camino con sus propias reglas, es símbolo del héroe en la música, defendiendo su lenguaje materno y los derechos de los pueblos originarios. Como todo héroe, alcanza el reconocimiento por sus pericias de quienes lo rodean, tanto en su suelo natal, como en el extranjero.

El acento de la película está puesto en destacar la relación generosa, humana y humilde, que el artista establece al comunicarse con su pueblo. Comunicación que viene fundada por el habla de la región. El lenguaje quichua propone un espacio de diálogo y resistencia cultural para Daniel Rojas y es, en este accionar, que utiliza los patrones del héroe para reconocer su osadía y trabajo. Como él mismo comentó: “Conocí gente que hablaba quichua y les prohibían desde chicos hablar en su idioma. Hay una realidad histórica de violencia donde la cultura dominante en vez de alfabetizar, lo que hacía era acallar a la cultura originaria. Don Sixto se resistía culturalmente a esa violencia con su arte, cuya herramienta era su violín”.

En este sentido recordamos la idea de Bauzá, para quien el héroe era aquel que tenía la capacidad de provocar un cambio en los demás, una transformación a partir de su propio sacrificio personal.