Mi familia "The kids are all right" y el falso progresismo

Por Emiliano Basile

Engaña pichanga se dice en la jerga popular cuando uno cree fervientemente en algo para luego descubrir que estaba frente a una mentira, trampa o truco. Algo similar sucede con el film Mi familia (The kids are all right, 2010) recientemente nominado al Oscar a la mejor película dramática.

Suerte de comedia dramática familiar, Mi familia se centra en una familia poco convencional a simple vista, distinta a las demás, moderna y por ello progre. Al menos es lo que parece porque en realidad, y con el correr de los minutos, la estructura conservadora del melodrama al que adscribe termina acomodando todas las piezas.

La familia es diferente, moderna, progre, porque cuenta con dos mamás, es decir, un matrimonio de lesbianas en vez de papá y mamá. Pero lo que sucede es que los “roles” del género son exactamente los mismos que en una familia tipo. Está el rol de padre o autoridad en Nic (Annette Bening) con carácter un tanto represor que afronta con miedo cualquier cambio que se produzca. Por el otro lado está la “mamá” Jules (Julianne Moore). Callada frente a la voz de Bening, sumisa y adolescente. El rol de la contención para los chicos los cumple ella. Es la madre por antonomasia.

El personaje externo que viene a desestructurar el núcleo familiar es el “donante de esperma” interpretado por Mark Ruffalo. El muchacho derepente quiere sentirse “normal” y asumir las responsabilidades de la paternidad. Los chicos son dos, una niña seria y adulta y un varón callado y rebelde.

La estructura de melodrama es conservadora y Mi familia la cumple a rajatabla. Todo aquello que se pone en peligro con la llegada del agente externo a la familia se reacomodará luego para reforzar los valores tradicionales. En este aspecto el filme pierde todo el carácter transgresor que a simple vista parecería tener.

La clave en el filme para visualizar dichos tópicos tradicionales es la utilización de estereotipos. La sexualidad en la película es explicitada mediante el sexo. Los personajes son presentados teniendo relaciones sexuales. Por si alguien no entendió la relación homosexual entre Annette Bening y Julianne Moore aparecen teniendo sexo oral – o intentándolo tener-, y si en algo se destaca la masculinidad de Mark Ruffalo es que es presentado teniendo sexo salvajemente con una de sus amigas. En este sentido el affair entre el personaje de Ruffalo y el de Moore se justifica por la falta de afecto -y pene- que recibe el personaje de Moore ante el de Annette Bening, fácilmente proporcionado por el personaje de Ruffalo.

Y si había alguna duda sobre el estereotipo en el cual el film construye su supuesta modernidad, la frase expuesta por el personaje de Moore hacia su hijo varón termina de sepultarlo: “Si fueras gay serías más sensible”.

Lo que termina haciendo Mi familia es cambiar figuritas dentro de la familia nuclear clásica: padre, madre, hijo o hija; por madre, madre, hijo, hija. El conflicto se basa en la necesidad de tener una familia ordenada y “normal”, idéntico al esquema tradicional. No hay transgresión en la película, los matrimonios gays son aceptados, siempre y cuando claro, uno cumpla el rol de papá y el otro el de mamá.


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