La Otredad en "La naranja mecánica" de Stanley Kubrick

Por Emiliano Basile, Carla Block y Marcela Amaya.

En cada cultura, con el devenir del tiempo, los cambios estructurales, las relaciones de poder y las modificaciones de las diversas condiciones establecidas, traen aparejados cambios en la ideología. Por esta razón la ética de una determinada sociedad en un determinado espacio y tiempo va cambiando constante y paulatinamente, determinando nuevas reglas éticas y morales, desde las altas cúspides del poder hasta los diversos componentes de la sociedad.

Sin embargo, no todos los miembros de la sociedad están conformes con las leyes establecidas. La rotura de la ley es realizada por pocos pero deseada por muchos más. Los límites y el castigo proponen la contención de estos deseos con el fin de preservar la sociedad humana, pero además proponen la represión y subordinación del individuo social.

En consecuencia, es necesario que el individuo acepte las normas que impone la sociedad, pero esta sociedad debe respetar los derechos del individuo. Por ende, la sociedad y el individuo son dos caras de la misma moneda; uno no puede existir sin el Otro. Pero son sus diferencias las que llevan a cada uno a temer de su Otro al punto de tratar de eliminarlo.

La naranja mecánica de Stanley Kubrick narra la historia de Alex de Large; un adolescente que vive en una ciudad y un tiempo no especificado. Él es líder de una banda formada por sus tres “drugos”, y juntos comenten actos de “ultraviolencia”. Dedican sus noches a robar, golpear y violar indiscriminadamente. A todo esto deciden rebelarse los drugos y traicionan a su líder, quien será encarcelado por un asesinato. Para reducir su pena y quedar en libertad, Alex accede a un novedoso programa de rehabilitación, el “Tratamiento Ludovico”, que consiste en la administración de una droga que le provoca náuseas y malestares corporales mientras le obligan a ver películas ultraviolentas con el objetivo de reprimir sus instintos violentos. Al salir de la prisión, Alex ha sido reemplazado en su hogar por sus propios padres, y el resto de la sociedad a quien antes agredía se vuelve en su contra. El tratamiento no ha logrado convertirlo en un hombre pacífico por voluntad, sino que solamente reprime sus actos violentos porque le causan un dolor físico insoportable. Ha perdido su capacidad de elegir. Un efecto secundario de este tratamiento es una fatal repulsión hacia la música de Beethoven, – de quién Alex era un admirador – el personaje sufre el mismo dolor al escucharla que al presenciar violencia. En conclusión el resultado mas nefasto de este tratamiento es el intento de suicidio de Alex, accidente al que logra sobrevivir. El estado le pide un simbólico “perdón” frente a las cámaras y Alex queda “curado” como el bien dice.

En el film se evidencia nuestra hipótesis a través de Alex que fue anulado en su capacidad de elección al ser sometido al tratamiento Ludovico impuesto por la sociedad. Cada sociedad establece un paradigma que es la articulación entre: el sistema axiológico que implementa los valores de cada sociedad, entre ellos el concepto del bien y el mal y la moral; la edificación cognitiva que es la construcción del conocimiento social a través del tiempo y los hechos acontecidos; y el universo simbólico que es la capacidad de abstraerse y simbolizar los elementos existentes dándole lugar a la creación de la cual surge el arte.

En el contexto histórico, en el que se realiza la película La naranja mecánica, desde el período de posguerra el capitalismo implementa el estado de bienestar. Este se caracteriza por garantizar seguridad social a los individuos, seguridad que se transforma en un fuerte control del Estado sobre los mismos. Esta contención por parte del Estado conlleva en sí misma fuertes connotaciones que determinan la normalidad y el bien y el mal y por lo tanto coartan la libertad del sujeto. La forma de castigo que la sociedad impone no se limita a la acción física sino que actúa sobre la voluntad. El modo de producción capitalista penetra en todo el tejido social atravesando la totalidad de la vida cotidiana.

En Norteamérica a fines de la década del 60, época de hechos sociales que producirían un brusco cambio del paradigma vigente. El fracaso de la guerra de Vietnam puso en cuestionamiento los valores hasta el momento aceptados por la sociedad. Se empezó a cuestionar el concepto de patriotismo, el concepto de familia; lo que llevó a la juventud a encontrarse sin objetivos de vida, incomprendidos por una sociedad que no los sustenta. Aquí nacen movimientos como el hipismo que descreía de los valores que imponía la sociedad aislándose de ella por medio de drogas y todo tipo de estímulo extremista que los conectase con su lado natural (animal).

El film está situado en un futuro no muy lejano en una ciudad no definida. La película lleva al extremo las reacciones sociales mostrando el enfrentamiento entre ambas partes. Dentro de cada sociedad existen grupos que no aceptan las pautas establecidas dentro del paradigma, sin embargo estos grupos son generados dentro de la misma sociedad. Son la Otredad de esa sociedad y viceversa. Tal es el caso de Alex (y sus drugos) cuyo comportamiento elude las leyes establecidas.

Según Sigmund Freud, “la sociedad ejerce una presión sobre el individuo imponiéndole la renuncia a los instintos. Supongamos que sean levantadas las prohibiciones, el individuo podría elegir como objeto sexual a cualquier mujer que encuentre a su gusto, podrá desembarazarse sin temor alguno de los rivales que se la disputen y, en general de todos aquellos que se interpongan de algún modo en su camino, y podrá apropiarse de los bienes ajenos sin tener siquiera permiso a sus dueños.”(2) Con esta actitud, Alex, en un primer momento anula a su otro: golpea a un borracho, irrumpe violentamente en la casa del escritor, mata a la mujer gato, actuando sin refreno alguno.

Dentro de la sociedad el individuo se mueve y actúa según los valores establecidos. El sistema axiológico es una estructuración donde los valores interactúan. No existe lo bueno y lo malo fuera del contexto social y es en este mismo contexto donde las leyes adquieren sentido. “La forma de interiorizar este sistema axiológico, de responder a él, de colaborar con los otros y de velar por su respeto y cumplimiento, configura el ethos (...) un pensar sobre lo que se debe hacer y lo que se debe evitar (...)” (1). El ethos es la articulación del logos y el pathos, el logos es la palabra, la lógica y el pathos es la pasión, la energía. El pathos sin el logos se convierte en patología.

En Alex sólo está presente el pathos, en él no existe una relación de articulación con el logos, su accionar es siempre impulsivo y una persona que solo actúa y reacciona impulsivamente no posee un dominio mínimo de su conciencia (no distinguir lo que esta bien de lo que esta mal), no es libre en su capacidad de elección. Ante esta imposibilidad de elección y distinción de lo bueno y lo malo, Alex invade la libertad del Otro agrediéndolo. En palabras de Hanna Arendt, “el refugio de la libertad es la facultad de la voluntad, cuya actividad esencial es dictar y ordenar. Sólo tomamos conciencia primera de la libertad, o de su opuesto, en nuestro trato con los otros hombres y no en el trato con nosotros mismos.”(3) En el film el mismo Alex, luego una sesión visual de ultraviolencia, afirma: “Es gracioso como los colores del mundo real sólo parecen reales cuando los videas en una pantalla”. (videas por decir ves, palabra del idioma nadsat que utilizan en film Alex y sus drugos).

En el film, el sistema carcelario actúa como ente represor de los instintos naturales del protagonista aunque su objetivo es reinsertarlo en la sociedad. Es a través del tratamiento Ludovico (de carácter conductista) que Alex es reinsertado socialmente, pero sus valores y su capacidad de elección y de deseo (su pathos) se encuentran anuladas, reprimidas. La ley le fue impuesta violentamente.

“La esencia fundamental de la ley – comprende Marta Zátonyi - es la prohibición o lo que vale igual, el imperativo, es decir, aquello a lo que no es posible no obedecer. Con ello se demarca el territorio factible para la existencia humana y se trazan los límites cuya trasgresión acarrea graves consecuencias.”(1)

La violencia forma parte de cada ser humano, es un impulso natural que la sociedad debe buscar las formas de encauzar mediante el trabajo, la creatividad (arte). En cambio la sociedad en la que vive Alex reprime, transformando esa represión en agresión. La violencia que muestra el film tanto por parte del protagonista como de la misma sociedad, se encuentra desplazado el significado de su significante, esto se logra a través de los recursos formales. Para Kubrick el arte debe estar regido por la lógica del extrañamiento (...) El arte debe cumplir primordialmente la misión de excitar, sorprender y estimular. En el film el arte es algo vivo en Alex, como obra de arte se plantea en términos eminentemente activos, como revulsivos. (4)

El arte debe dar cuenta del universo a través de la simbolización, por esta razón el arte es una totalidad intensiva. La obra de arte es la materialización de la idea, de su esencia misma. La representación de algo en particular para dar cuenta de algo más universal. En el film la representación del sistema carcelario y el tratamiento Ludovico simbolizan las consecuencias de un sistema fascista, donde prima el conductismo y la extrema organización. Alex representaría el otro extremo, simbolizando en sí un sistema anárquico.

Kubrick logra tanto en la puesta de cámara como en los tamaños de encuadre, en su mayoría planos medios y cortos, expresar la función de identificación del espectador con los personajes. Generalmente las tomas subjetivas se ven desde el punto de vista de las víctimas. Sin embargo esta pretensión de identificación se encuentra “obstaculizada” por algunos primeros planos de Alex, quien le devuelve la mirada al espectador, ejerciendo una especie de provocativo distanciamiento entre personaje – espectador. Otro de los puntos que en el film resulta interesante es el tratamiento de las imágenes de violencia física. Es a través de la música, las vestimentas teatrales, el uso de imágenes dibujadas en lugar del acto violento (en caso del asesinato de la mujer gato) y las casi coreográficas peleas de las que participa Alex, en la escena que castiga a “Dim”, uno de sus drugos, que dichas escenas se encuentran moderadas intentando que no resulten demasiado shockeante pero si sorprendentes al espectador.

Pero por más que se intente disfrazar esta violencia, lo real es que la violencia en sí, en cualquiera de sus condiciones, impide el intercambio de saberes y conocimiento de las partes, impide el reconocimiento mutuo de una y la otra, solo se imponen mediante la fuerza, y así recorren un camino que las llevará a la infalible destrucción.

Es cierto que Alex transgrede los valores impuestos, pero la sociedad a su vez lo anula como individuo... “es coherente con todo ello que los que detienen el poder castigan, pero no de la misma manera, a los transgresores destructores que a los transgresores creativos, constructores. Porque es mucho más fácil mantener una estructura caduca frente a una voluntad destructora que frente a la voluntad regeneradora.” (1)

Finalmente Alex es aceptado en la sociedad, pero no se logra el intercambio dialéctico puesto que no hay aprendizaje. Ambas partes se encuentran en la misma situación que comenzaron, no hubo superación; simplemente llegaron a un acuerdo existencial, “el individuo puede existir, en cuanto a su sociedad y la sociedad, en cuanto al individuo (...) El individuo es tal cuando alguien, en base a sus condiciones únicas, articulándolas con las condiciones exteriores, logra constituirse de tal manera que pueda responder al mundo existente desde su lugar, no eliminándose ni diluyéndose, pero tampoco destruyendo o negando lo que existe fuera de él (...) El objeto, la ley, existe en cuanto el sujeto portante lo incorpora, lo nombra lo actúa y también lo enfrenta (...) no hay uno sin el otro, uno existe por que es su propio otro.”(2)

Las utopías, serían el no-lugar, apelan a aquello que el ser humano anhela y necesita, como una promesa de paraíso. La utopía necesita la eliminación del Otro y necesita el fin de la historia para su realización.

La imposición por la fuerza, el no respeto de los valores del Otro, su anulación, trae funestas consecuencias. Una sociedad que se estanca en el odio, es una sociedad que no avanza y termina auto-destruyéndose. “La utopía - comprende Marta Zátonyi - no nace para ser motor de la historia, para cambiar el mundo, sino para retenerlo, para inmovilizarlo, aunque se disfrace de lo contrario.”

Si tan solo pudiéramos llegar a situar al Otro en el lugar de lo intocable e inviolable, considerar al Otro como ese límite al que se llega pero no se traspasa ni invade, de lo que se aprende y se adquiere saberes que nos permite elaborar conocimientos más ricos, de quien su presencia es mas que beneficiosa e irrevocable, comprenderíamos así que la violencia no es la solución apropiada. Pues ese Otro nos permite constituirnos como individuos sociales.

Bibliografía consultada:

(1) Zátonyi Marta, Una estética del arte y el diseño de imagen y sonido, Buenos Aires, Ed. Kliczkowski.
(2) Zátonyi Marta(comp.), Aportes a la estética desde el arte y la ciencia del siglo XX, Buenos Aires, Ed. La Marca – Col. Biblioteca de la mirada.
(3) Hanna Arendt, Claves de razón práctica, s.d. 
(4) José J. Marzal Felici, Salvador Rubio Marco, Guía para ver: La naranja mecánica, s.d.

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