Obra: Creo en Elvis


Por Laura Recio

Es una obra extraña, de características originales que la posicionan en el lugar de la pregunta, lo que no es poco como propuesta teatral. Tal vez el mérito mayor sea haber elegido una temática en apariencia reiterada, como la duda acerca de la permanencia de los ídolos después de su muerte, en diálogo con la metáfora de su sobre vivencia en el imaginario popular.

Aquí las alternativas se corporizan a través de cuatro clones de Elvis, brillantemente actuados por Jiménez, Nin Uria, Berthold y Campomenosi, actores de variada procedencia escénica singularmente elegidos para representar los distintos momentos en la vida de Elvis.

En tono de comedia, acentuada por momentos y velada hasta el dramatismo en otros, la trama refiere a la búsqueda de la supuesta presencia del ídolo a través de pistas que ofrece la representante de la Corporación, la” Elvis Corporation•s Clons” junto a su ayudante, ambos personajes delirantes también.

La paranoia de los clones en cuanto a su razón de ser si lograra develarse la verdad definitiva, así como el clima de opresión y poder omnipresente que traduce la maquinaria psicodélica que se despliega en escena son también parte del mérito del montaje, que no ahorra recursos para incorporar al espectador, ya desde su ingreso a la sala.

La puesta se desarrolla en un sólo espacio temporal, pero logra dar cuenta de un recorrido que oscila entre el pasado y el futuro, así como juega entre la fantasía y los datos más verídicos de la historia personal y profesional del Rey del Rock La búsqueda de la verdad en cuanto a la certeza de que Elvis continúe vivo será la llave que podrá conferirles la libertad a estos cuatro clones desesperados, anclados en un tiempo incierto.

Por otro lado, los verdaderos móviles que persigue la Corporación, más allá del objetivo explícito, es decir, el eterno interés económico detrás del millonario negocio de seguir lucrando con la memoria del ídolo, se deslizan hacia el final de la obra, confirmando así, que, como en el buen teatro, la pregunta del espectador trasciende al texto. Sólo que esta vez nos quedamos con ganas de escuchar al Rey un poco más...

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